Impuestos en las facturaciones de los servicios legales: tres modelos latinoamericanos

Según el Servicio de Impuestos Internos (SII) chileno, las “sociedad de profesionales” se entienden como una asociación de personas que prestan servicios o asesorías profesionales por intermedio de sus socios o asociados. Esta definición no es trivial, ya que desde el 1 de enero próximo, quienes estén comprendidos bajo esta figura, que incluye a los abogados, contarán con una excepción para la aplicación del Impuesto a las Ventas y Servicios (IVA), que actualmente es del 19%.

La nueva realidad se enmarca en la publicación de la Ley N° 21.420, en febrero pasado, que introdujo modificaciones a la Ley sobre Impuesto a la Renta, buscando eliminar o reducir un conjunto de exenciones tributarias con el fin de aumentar la recaudación fiscal de forma permanente.

Ante este panorama surge la pregunta de si aquellas firmas legales que todavía no han constituido una sociedad de profesionales para operar cumplen o no con las características para hacerlo y si, en consecuencia, pueden recibir el beneficio. Y en otros países de Latinoamérica, ¿qué sucede ante situaciones similares?

Lo primero que se debe conocer son los requisitos establecidos para constituir esta clase de asociaciones. Al respecto, la abogada Soledad Recabarren, socia de Recabarren & Asociados y coordinadora académica del Magíster en Derecho Tributario de la Universidad Católica de Chile, explica que estos se detallan en la Circular N°50 del SII, emitida el 27 de octubre de este año, la cual, a su vez, indica que se deberá recurrir a las instrucciones vigentes impartidas por el mismo organismo en la Circular N°21, de 1991.

Una de las cortapisas más importantes, dice, es que la nueva norma exige estar conformado exclusivamente por personas naturales, dejando fuera a las sociedades de capital, como sociedades anónimas (S.A.), sociedades por acciones (SpA) o en comandita por acciones.

Y adicionalmente existe otro elemento a cumplir: deben tener por objeto exclusivo la prestación de servicios o asesorías profesionales y no oficios, los que deben ser realizados por intermedio de sus socios, asociados o con la colaboración de dependientes que contribuyan a ese fin.

“Todos deben ejercer sus profesiones para la sociedad, no siendo aceptable que uno o más de ellos aporten solo capital”, detalla Recabarren, añadiendo, además, que sus especialidades deben ser “idénticas, similares, afines o complementarias”.

Teniendo en cuenta estos requerimientos, asegura Patrick Humphreys, socio en el área tributaria de Garnham Abogados, no podrían estructurarse como tales aquellas oficinas que necesiten tener en su estructura de propiedad a otras sociedades.

“El caso más habitual es que el socio entra en la firma a través de su sociedad de inversiones personal o familiar, lo que no podría darse en este caso”, afirma.

Otro caso complejo es el que podría darse cuando existen socios que no están efectivamente trabajando en la empresa, como suele ocurrir con algunos fundadores que, pese a mantenerse dentro de la sociedad, en los hechos ya no se desempeñan en ella y, explica, “lamentablemente ellos podrían tener que verse forzados a dejarla”.

Particularidades de la medida

El motivo por el cual se realiza una exención del cobro de IVA a estas sociedades de profesionales, plantea Humphreys, está vinculado al hecho de que el Poder Legislativo ha estimado que ciertos servicios personales no deben tributar con este impuesto, “ya sea por razones políticas, de justicia o técnicas, como el hecho de que generalmente no se estructuran como empresa o son poco demandantes de bienes o servicios afectos, con lo que se genera una suerte de distorsión al tener poco ‘crédito fiscal por IVA’ al que echar mano en sus labores”.

Respecto del método por el que el SII asegurará el cumplimiento de la medida, Recabarren asegura que será clave la declaración anual de socios, que debiera incluir solo a personas naturales o a otras asociaciones constituidas bajo la misma figura e integrada por personas naturales.

“Los ingresos deben provenir mayoritariamente de servicios profesionales, lo que se debiera sacar de declaraciones juradas y fiscalización de la sociedad”, añade.

¿Cuál es la ventaja de efectuar esta organización? Lo principal es que evita la pérdida de competitividad que la nueva ley puede generar a la compañía respecto de ciertos clientes, que como individuos o empresas no contribuyentes de este impuesto deben costear el IVA como consumidores finales, comenta Macarena Bedregal, abogada tributaria en Chirgwin.

“Si se compara la situación de asesores extranjeros, a los que se les podría aplicar una tasa reducida de retención por renta y eximirse de la aplicación del IVA, los profesionales chilenos no estructurados como sociedades de profesionales corren con bastante desventaja, ya que se encarece su producto para las personas naturales y no contribuyente de este impuesto”, precisa.

La situación en Perú y México

“No ha habido nunca una excepción, al menos en los últimos 10 años”, dice Wilfredo Murillo, socio de Gericó Associates, sobre el Impuesto General a las Ventas (IGV) —símil del IVA chileno— y que en Perú las firmas jurídicas siempre han pagado por las prestaciones de sus servicios.

Durante la pandemia, añade, “tampoco hubo una ley que exonerara el IGV a tales empresas”. Pese a ello, sí ha existido una discusión respecto a lo que se debe cobrar a nivel general en el país, que actualmente es del 18%.

“Hemos tenido variaciones en cuanto al porcentaje y hay industrias, como las del turismo, a las que por temas de reactivación económica pospandemia sí se les está exonerando el IGV; pero nunca ha habido una conversación, o al menos una discusión de gran escala, sobre si los abogados o las empresas de servicios deberían emitir sus comprobantes sin este impuesto”, asegura.

Otro escenario es el de los profesionales que emiten boletas de honorarios y a los cuales no se les efectúa un cargo específico del IGV, porque se entiende que el impuesto está incluido en ese monto. Esta situación, explica Murillo, “pasa con mucha regularidad en el tema de arbitraje, donde los abogados no trabajan como parte del estudio y tienen que cobrar como independientes”.

En México la situación es similar a la de Perú: el IVA —que comparte el nombre con el impuesto chileno, aunque en tiene una tasa del 16%— debe verse reflejado en la factura que la firma jurídica emite a sus clientes, sin excepciones.

“Nunca he escuchado que se tenga la intención de hacer tal exoneración, por lo menos a corto o mediano plazo; al contrario, lo que percibimos es que siempre se busca aumentar los impuestos y gravar más objetos”, dice Héctor Javier Estrada, asistente de Vicepresidencia de Administración y Supervisión de Visitas Regulatorias para México de Citibanamex.

Una evaluación que comparte Rubén Bocanegra, socio en el área tributaria de Sabag, Becker & Gerrit-Cohen: “Tenemos el mismo problema que en algunas otras jurisdicciones latinoamericanas. ¿Quién está legalmente obligado por el pago del IVA? Si es un impuesto que grava el consumo y, por ende, deberá ser trasladable al consumidor final, no debiese incluirse dentro de nuestros honorarios como abogados”.

Pese a ello, hay algunas graduaciones y, por ejemplo, cuando los servicios de asesoría legal serán exportados y utilizados en otro país, la tasa de IVA en México es de 0%.

Esa misma excepción ocurre, a nivel interno, con algunas industrias, precisa Bocanegra, como servicios de enseñanza, transporte público, contratación de seguros de vida o seguros de garantía financiera y la operación de la administración de los fondos de ahorro para el retiro

Lo más importante para el desarrollo de una firma o área legal

En muchas de mis conversaciones con abogados, tanto de firmas legales como de áreas legales corporativas, encuentro que
ellos saben que deben hacer algo para mejorar y varios tienen muy buenas ideas, pero la mayoría no tiene en cuenta qué
iniciativas aisladas y, sobre todo, desconectadas de los objetivos de su organización, pueden resultar en un gasto en lugar de una inversión. Es más, dichas iniciativas podrían incluso terminar afectando o impidiendo el logro de los objetivos.

Toda organización debe tener muy claro sus objetivos, pero es bastante común que muchas no los tengan. He visto casos en donde, por ejemplo, los socios de una firma legal no tienen por escrito sus objetivos, pero creen coincidir en ellos. Sin embargo, cuando se sentaron a hablar al respecto tenían puntos de vista muy distintos. Siguiendo con ese ejemplo, todos los socios coincidían que un objetivo debía ser crecer, pero para algunos ello implicaba llegar a tener oficinas propias en algunos países de la región y para otros, implicaba simplemente tener 10 abogados más. Por ello, antes de implementar cualquier iniciativa se debe tener los objetivos de la empresa claramente definidos.

Lo más importante para el desarrollo de una firma o área legal es tener objetivos claros. A partir de ello, todos los demás
aspectos de la firma o del área se deben alinear a los mismos. Es decir, todo lo que se haga debe ayudar a lograr ello. Desde cómo se estructura la organización o el área, pasando por cómo se organiza el trabajo, hasta el perfil de los abogados a contratar.

Muchas veces las organizaciones no dedican tiempo a definir sus objetivos porque, por un lado, creen que todos sus miembros los tienen claros y piensan igual y, por otro, creen que solo lo lograrán contratando a algún consultor que los involucrará en un proceso tedioso, del cual no entenderán mucho y que al final les dejará un documento que terminarán archivando. Sin embargo, eso no debe ser así. Sin duda, tener la asesoría de un profesional ayudaría muchísimo, pero dicho profesional debe ser un facilitador y debe ser práctico. El fin de ese esfuerzo no debe ser desarrollar un documento que casi siempre termina archivado, sino más bien lograr que al final todos tengan bien claro cuáles son los objetivos de la organización. Ello puede significar simplemente un párrafo o unos pocos bullets. En el caso de las áreas legales se debe tener en cuenta que forman parte de una organización más grande que ya debe contar con objetivos claros y se deben asegurar de alinear a ellos todo lo que hagan.

En realidad, definir los objetivos es algo que debería ser muy sencillo, pero es sumamente importante para tener claro hacia dónde vamos de modo que se puedan desarrollar las estrategias que ayuden a lograr dicho fin. Ello va a implicar definir un plan detallado con tareas, recursos y asignación de responsabilidades. Llevarlo a cabo de esa manera va a permitir establecer metas realistas, pero siempre alineadas a los objetivos de la organización.

Me tomó un tiempo decidir escribir un artículo sobre este tema porque es algo que para muchos se da por descontado en cualquier organización, pero para mí resulta sorprendente la gran cantidad de organizaciones que no toman en cuenta algo tan básico. No pongamos la carreta delante de los caballos y no mal gastemos nuestros recursos si no tenemos claro cuáles son los objetivos de la organización.

Profesionalizando la gestión en el sector legal

Por Fernando Razeto, consultor en management de firmas de abogados y exgerente general de Miranda & Amado

Cuándo empecé a trabajar en el sector legal, hace unos 16 años atrás, lo primero que hice fue buscar toda la información posible sobre el sector y específicamente, sobre la gestión de firmas de abogados. En ese momento casi no había información en español, pero sí había bastante en inglés. Recuerdo mucho que llamó mi atención encontrar una revista americana llamada “Law Inc” que giraba sobre temas de gestión de una firma, pero propulsando que dichas organizaciones eran o debían gestionarse como cualquier otra empresa, aunque claro, con sus particularidades. Desde esa época las cosas han evolucionado, pero no tanto como hubiera imaginado y debería haber sido. Es entendible que si a las grandes firmas, que son las referentes del sector, les ha ido tan bien con el modelo vigente, exista resistencia a cambiar de manera sustancial. Es cierto que se ha evolucionado (por lo menos ya se habla de LPM, gestión por indicadores,

Soy un convencido que algún día se va a lograr un cambio sustantivo e irreversible, aunque confieso no tener claro cuándo sucederá. El primer paso, que creo algunos pocos ya lo han dado o lo están dando, es cambiar el chip para entender que una firma de abogados es una empresa. Habiendo asumido ello, será más fácil entender también que, sin importar el tamaño de la firma, es indispensable profesionalizar la gestión. Históricamente eso implicaba asignarle el cargo de “administrador(a)” a alguien que no necesariamente estaba preparado y/o formado para ello. Dicha solución rara vez genera el impacto que se debe esperar porque simplemente se está administrando una firma como si fuera una casa y peor aún, en ello se tiene que involucrar un socio que seguramente es un abogado brillante, pero no está formado para ello y está dedicando demasiado tiempo que se podría estar facturando a los clientes.

Lamentablemente, la mayoría de los despachos no pueden contratar un gerente general o un gestor con la experiencia debida para que profesionalice la gestión de su firma y la ayude a llevarla a otro nivel de desempeño y rentabilidad, pero siempre existen formas de hacerlo. Por ejemplo, se puede contratar a un consultor o se puede formar a alguien joven dentro de la firma. Esta última es una opción que ahora muchas empresas, de todos los rubros, están implementando con el apoyo de un “coach” que contratan por un periodo corto de tiempo y cuya única función es entrenar al futuro(a) gestor(a) de la empresa. Esa es una opción asequible y muy efectiva para pequeñas y medianas firmas, algo en lo que en más de una oportunidad me ha tocado ayudar.

¿Pero qué viene después? Bueno, ¡un paso a la vez! Primero consolidemos la base y los fundamentos y luego iremos implementando soluciones cada vez más sofisticadas de gestión.

Finalmente, es importante tener siempre claro que es cierto que los abogados no necesitan del legaltech y “esas cosas” para hacer su trabajo, pero también es cierto que ello mejora sustancialmente su trabajo de cara al cliente. Para entender y aceptarlo, hay que pensar para quién hace su trabajo el abogado y qué esperan ellos (un trabajo legal de calidad, pero también eficiente desde el punto de vista de tiempo y costo). Entonces, profesionalicemos la gestión de la firma para mejorar el servicio integral que se presta al cliente, pero pensando en lo que ellos esperan recibir.

“Si el Perú invierte en tecnología legal, en 5 años seremos líderes ”

En los últimos años la tecnología ha tomado gran protagonismo en todas las industrias y rubros. Fintech en el sistema financiero, Edtech al sector educación y Legaltech asociado a los servicios legales y profesiones jurídicas.

Se le denomina legaltech a la industria que se dedica a crear software y todo tipo de servicio tecnológico enfocados en el sector legal, lo que ha permitido a las empresas de servicios jurídicos mejorar sus requerimientos y trámites. Asimismo, optimizar su eficiencia, rentabilidad y generar ahorros significativos.  

Por ello, Infomercado conversó con Wilfredo Murillo, socio en Perú de la consultora Gerico Associate, para conocer el desarrollo e implementación de esta tecnología en las organizaciones peruanas. 

¿Cómo Legaltech contribuye a facilitar el trabajo de un abogado?

La tecnología legal permite a las empresas de servicios jurídicos desarrollar un trabajo más eficiente y rápido, es así que Legaltech optimiza documentos, acelera trámites, simplifica relaciones entre abogados y clientes y  permite a los usuarios a acceder a servicios jurídicos a través de las plataformas y web, también aligera y mejorar la eficiencia de las tareas de un abogado, reduciendo el número de horas necesarias.

¿Cuál es el impacto que viene teniendo en las profesiones jurídicas?

Cuando hablamos de profesiones jurídicas, con Legaltech la información es inmediata, antes leías gran cantidad de documentos para sacar o conocer temas específicamente involucrados a procesos judiciales, hoy ya no es así. Esta tecnología muchas veces permite que la respuesta por parte de la profesión sea más inmediata.Noticias relacionadas: Doctocliq, la empresa ganadora del Startup Perú llevará tecnología a más de 1,000 consultorios

Los clientes actualmente buscan un servicio transparente, recordemos que así como en otros rubros el usuario exige, en esta profesión se espera obtener la misma respuesta. 

¿Desde cuándo se habla de Legaltech en Perú?

Las primeras contrataciones que se han hecho están vinculadas a lo que son software de gestión hace aproximadamente ocho años, luego lo que siguió en el Perú fueron los software de gestión documental, lo que le permitió a los abogados facilitar los procesos de documentación por casos y clientes.

A partir de los últimos 5 años se habla del Legaltech como forma de acelerar la gestión burocrática y el acceso a la información de uso común entre abogados y firmas. 

Actualmente vemos nuevas propuestas de diversos tipos para un Marketplace jurídico, un lugar donde las personas puedan adquirir servicios a través de plataformas digitales. Tal es el caso de plataformas para contratar abogados, es decir, lugares donde puedes solicitar tener una necesidad y puedan brindarte el tipo de abogado que necesites.

¿Cuál es la situación de las Startup que involucran tecnología legal actualmente en el Perú?

En el Perú hay propuestas de Legaltech que han sido parte de la premiación de lo que es Startup Perú, que es parte de la iniciativa del Ministerio de Producción (PRDUCE) que financia emprendimientos tecnológicos. Entonces ya existe una comunidad de 28 startup que ya han tenido un periodo de consolidación en el Perú.

Ahora muchos emprendimientos están en fase inicial, pero cada vez existen nuevos emprendimientos vinculados al uso de la tecnología para brindar servicios legales.

En 2021, ¿Cuánto de ingresos generó el mercado de tecnología Legal?

En 2021 el mercado global de tecnología generó ingresos de más de 18 mil millones de dólares y para 2025 se espera que esta cifra alcance los más de 25 mil millones. 

¿Cuáles son los beneficios económicos generados tras la implementación de esta tecnología?

Este proceso te ayuda a principalmente a reducir costos basados en que te enfocas en trabajo menos operativo, es decir, si antes para cada 100 contratos necesitabas 1 abogado, imaginemos un sistema que te permite revisar esos contratos de forma sistematizada, entonces cuántas personas se reducirían a nivel costo, y lo que hace finalmente que el abogado genere más valor.

Entonces este impacto se ve reflejado en reducción de costos y mejora de eficiencias.

Pero, ¿todos invierten en tecnología?

En los despachos pequeños de tres personas por ejemplo invertir en estas plataformas resulta complicado, para ellos es un costo grande. Un punto importante es que no existen soluciones masivas de bajo costo, la tecnología aún tiene una barrera de costo de menor capacidad.

Uno de los retos importantes es crear tecnología más accesible a bajo costos.

Cuando hablamos de Legaltech, específicamente involucra al sector privado ¿Qué pasa con el sector público?

Por más que el privado se esfuerce en impulsar la transformación digital de sus servicios, la barrera que más encontramos es que aún no hay esa transformación a la par por parte del sector público, que es con quien más interactúan los abogados, ya sea la fiscalía, el poder judicial, la procuraduría, entre otros.

Por ejemplo, tú siendo parte del sector privado puedes dar una respuesta a tu cliente en menos de cinco minutos, esta al trasladarse a una entidad pública ya tiene proceso de retraso. 

Transformación en servicios públicos

El proceso de Legaltech es en estas entidades precisamente que podría tomar mayor fuerza , por muchos de los abogados necesitamos información de las entidades públicas para poder hacer data, analítica e implementar inteligencia artificial, para ello se necesita un plan de transformación por parte del sector público que tiene una vinculación con el derecho para poder evolucionar rápidamente.

También ello implica que muchos emprendimientos se ven con esa limitante, que no hay automatización y sistematización de datos que emiten las entidades públicas para desarrollar emprendimientos.

¿Cuál es el futuro de Legaltech?

El futuro del Legaltech está en crear espacios integradores, conexión entre el estado, las empresas y los abogados que facilite los procesos y haga más accesible la información.

Así como el foro que se llevará a cabo el 7 de julio, el cual involucra abogados, empresarios y la sociedad y tiene como principal eje, el cómo la tecnología legal contribuye a las organizaciones

Si seguimos en esta línea , dentro de 5 años, el Perú se puede convertirse en un referente de invocación.

“El sector legal es importante para la economía de los países”

A un mes de la realización de manera presencial del Foro Legal Latinoamericano -que se perfila como uno de los eventos más importantes del derecho corporativo y público de Sudamérica- Wilfredo Murillo, de la consultora Gericó, señala que el evento cobra suma importancia con miras a la reactivación económica que deberán impulsar los países del continente tras la pandemia.

“El sector legal se relaciona con todos los ámbitos de la economía, y tras la reactivación tendrá un papel de gran relevancia”, indicó en la entrevista.

También, abordó el desarrollo del arbitraje en su país y en Latinoamérica, como el medio por excelencia para resolver conflictos jurídicos entre privados. “Ha tomado protagonismo los últimos 5 años porque da certeza jurídica, más allá del ámbito puramente jurisdiccional”, señala.

El profesional, no deja de lado su visión sobre el estado de la abogacía en el Perú, los desafíos que tiene la administración de justicia y el rol de los abogados para mejorar estándares en accountabillity, rendición de cuentas y transparencia del sistema, frente a las actividades de corrupción que ha marcado la vida política y económica de varios países del conosur.

Ve la entrevista completa en:

Inversión empresarial: ¿Cómo mantener la inversión extranjera en medio de conflictos sociales?

Las inversiones mineras en Perú sumaron 60.000 millones de dólares en los últimos diez años; sin embargo, tras los conflictos sociales el atractivo minero del país, está en su momento más crítico.

Actualmente, los conflictos sociales en el Perú suman 209, convirtiéndose en el mayor número desde febrero del 2017, según indica un informe realizado por la Defensoría del Pueblo. De estos, 160 están activas y 49 latentes; asimismo, surgieron cuatro nuevos conflictos, de tipo comunal, nacional, local y socio ambiental, según este informe.

Para Wilfredo Murillo, abogado y socio en Perú, de la consultora Gericó Associates, estos conflictos generan que la inversión extranjera no avance, y sectores como el de minería, paralicen sus actividades.

“Estos conflictos sociales reducirán el valor de las exportaciones mineras en US $650 millones en el 2022, según estima Apoyo Consultores, lo que significaría que el Estado dejará de percibir US $280 millones, de acuerdo a la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE).

En ese escenario, es importante mantener la inversión privada en el mercado local para no dejar que nuestro Producto Bruto Interno (PBI) se reduzca”, destaca el especialista.

Cabe destacar, que las inversiones mineras en Perú, que sumaron 60.000 millones de dólares en los últimos diez años, se muestran esquivas en el futuro cercano por los conflictos sociales, esto a generado que el atractivo minero del Perú se encuentra en su peor nivel, según la última Encuesta Anual de Empresas Mineras del Fraser Institute.

Precisamente, con la finalidad de destacar la importancia de la inversión extranjera, el próximo 7 julio se realizará la XIII edición del Foro Legal Latinoamericano, espacio en el que se hablará sobre temas empresariales y de inversión. En ese sentido, el especialista da a conocer algunas recomendaciones que ayudarán a mantener la inversión en un contexto de crisis:

  • Hacer frente a cualquier percepción de incertidumbre: Aunque las condiciones económicas en el Perú son estables, una empresa debe presentar un reporte que indique cuáles son los riesgos probables y cómo los enfrentaría exitosamente en sus operaciones financieras. Para gestionar todos estos aspectos, es necesario conocer los aspectos legales en cuanto a acuerdos comerciales, finanzas corporativas internacionales, contabilidad y presupuestos, entre otros.
  • Ofrecer soluciones sostenibles. Es necesario tomar medidas urgentes para garantizar un clima adecuado para las inversiones y ofrecer soluciones sostenibles y oportunas a los conflictos sociales. Si no se logran estos objetivos, no solo se desaprovechan el actual período de precios altos, sino que el agotamiento de recursos pondría en riesgo una de las actividades que más aportan a la economía peruana.
  • Proporcionar garantías. En cualquier tipo de inversión, las garantías son claves para retener y ampliar los flujos a largo plazo. Para ello, es importante explicar y otorgar protecciones legales que se incluyan en el proceso de inversión.
  • Evidenciar el impacto positivo en el desarrollo económico del país. Es necesario que los ciudadanos tengan un conocimiento real sobre la inversión privada, ya que en muchas ocasiones, la falta de conocimiento del tema, genera que se inicien protestas sin fundamento.

El optimismo en la inversión en el Perú

Wilfredo Murillo, abogado y socio en Perú de la consultora Gericó Associates, escribió que para que el Perú crezca económicamente se debe involucrar “no solo al estado, sino a las instituciones a las empresas y a la sociedad”,

Este primer trimestre, existe un escepticismo casi mayoritario al crecimiento de la inversión en el país, no obstante, debemos tener en cuenta que no dejará de existir inversión, solo que la misma no tendrá una tendencia a la alza, como ha sido tal vez, lo recurrente en los últimos 10 años, -exceptuando el 2020 a causa de la pandemia ocasionada por el COVID-19-, año en el que la inversión privada llegó a 120 mil 607 millones de soles. Sin embargo, para el 2021, con la reactivación progresiva de las actividades económicas, se alcanzó una inversión privada de 179 mil 730 millones y de 40 mil 459 millones en inversión pública, que sumados alcanzaron 220 mil 189 millones en inversión bruta fija, según el Banco Central de Reserva del Perú (BCR).

A veces, la idea de crecer a nivel de inversión es un atractivo y una meta como país, pero tal vez debamos aprovechar para este año, enfocarnos en crear mejores escenarios o condiciones para no depender de coyunturas, sean políticas o sociales, para que Perú siga siendo un destino para industrias que tienen mucho potencial de desarrollo local y regional.

Recientemente, en un evento organizado por el Sector Legal de la CCL (el primer gremio de empresas vinculadas con los servicios legales), desarrolló una mesa de trabajo de dos días, donde una de las reflexiones extraídas, es que cuando los entes ejes de las regulaciones e inversiones, tienen independencia y autonomía en su desarrollo institucional, la confianza por parte de las empresas crece, pues se sabe que estás responden a una visión a largo plazo. Entonces, es aquí donde habría comenzar a trabajar.

Otro factor, pensado en fortalecerse y que puede influir en el optimismo de las inversiones, es lo referente a la seguridad jurídica, pero entiéndase que no solo es, respetar los acuerdos y reglas entre el estado y los particulares, sino que la creación del marco jurídico positivo sea coherente con las necesidades del país, que nuevamente, no responda a interés o visiones de corto plazo. Por ello, se hace necesario el reforzar la integración de los diversos actores, desde el órgano legislativo, las instituciones vinculadas a la inversión, los empresarios y sobre todo la sociedad, adecuadamente representanta, participen en la creación de estos marcos jurídicos, pues frente a una posible afectación de esta, todos ellos velarán al haber sido involucrados.

En esa línea, creo que las inversiones en el Perú, presentan una oportunidad de mejora, pues, hoy hay un sector de la población, que asocia el concepto de inversión a crecimiento, pero debemos tener en cuenta que por experiencias pasadas o por temores mal creados, aún tenemos una población escéptica de los beneficios de la inversión y es aquí donde tenemos una oportunidad. Las inversiones no solo deben ser sinónimo de crecimiento económico, sino que deben estar posicionados a responsabilidad e impacto social, es necesario cambiar ese mal posicionamiento que se tiene, por ello, esta también en manos de empresarios e inversionistas el trabajar en ello.

Finalmente, las cifras nos dicen que hemos crecido a lo largo de los años, tal vez sea momento de madurar y eso sea hacer una pausa para crear mejores condiciones, con una visión de largo plazo, pero en esta oportunidad, involucremos no solo al estado, sino a las instituciones a las empresas y a la sociedad.

Conoce los 5 factores que determinan que una empresa extranjera invierta en nuevos mercados

Según el último reporte del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), la inversión privada en el 2021 se incrementó un 54.9%. Pero este año no se asegura ningún crecimiento ya que las empresas no ven beneficioso el acto de inversión según el BCRP. Según Wilfredo Murillo, representante en Perú, de la consultora Gericó Associates, esto ocurre por la creciente desconfianza del mundo empresarial al mercado peruano.

“La inversión es un componente fundamental del Producto Bruto Interno (PBI) peruano porque ayuda a dinamizar la economía. Solo la inversión privada representa casi el 80% de la inversión bruta fija desde hace 10 años, según cifras del BCRP. En ese sentido, es importante brindar las condiciones convenientes para atraer y mantener la inversión privada en el mercado local e impulsar la reactivación de nuestra economía”, describe el especialista.

En el Perú para que la inversión privada mejore es necesario innovar el sector legal. Con el objetivo de unir el sector legal con la comunidad empresarial, y fomentar la inversión, el próximo 7 julio Gericó Associates, realizará la XIII edición del Foro Legal Latinoamericano, espacio en el que hablará sobre temas empresariales y legales. Con esto en mente se planea dar asesoría sobre las recomendaciones necesarias para fomentar la inversión. Algunas ideas que se mencionarán son:

  • Seguridad Jurídica del país de inversión: Con este aspecto el Estado mostraría su responsabilidad a mantener vigente los contratos e inversiones. En el marco jurídico, las inversiones extranjeras dentro del país, brinda las garantías legales contra la expropiación, el incumplimiento de contrato y la conducta no transparente del gobierno.
  • Apertura comercial: Es la posibilidad del país de abrirse a comercializar con el resto del mundo. El comercio internacional aporta al crecimiento económico y la innovación tecnológica, y así ofrece mayores empleos y oportunidades a la población, según el Banco Mundial.
  • Riesgo político: La incertidumbre política genera desconfianza de inversionistas y fuga de capitales del país, lo que atrasaría el crecimiento económico. El Estado con constantes cambios no es visto como un mercado estable y seguro para invertir.

Un pais con politicas comerciales abiertas y gobiernos estables invitan a mayor inversión extranjera.
Un pais con politicas comerciales abiertas y gobiernos estables invitan a mayor inversión extranjera.
  • Políticas comerciales del país: Estos son los instrumentos de política económica que permiten asegurar la libre comercialización de bienes y servicios. Aranceles, aduanas, compras públicas, etc etc. Una limitación del proteccionismo incentiva a mayor inversión extranjera.
  • Estabilidad macroeconómica del país: Los inversionistas toman en cuenta aspectos como la inflación, el tipo de cambio, o el elemento déficit o superávit de las reservas del país. Con ello evalúan si es seguro invertir sin perder grandes ingresos.

Visión de la problemática del sector legal

Visión de la problemática del sector legal

La Cámara de Comercio de Lima (CCL), a través de su sector legal del Gremio de Servicios, organizó una mesa de trabajo con representantes del sector privado, público, educativas y la sociedad.

El conocimiento del derecho en una sociedad es de suma importancia para una convivencia social, por ello es importante analizar la problemática del sector legal en general. En ese sentido, el Gremio de Servicios de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) organizó la mesa de trabajo “Problemas actuales del sector legal: Una visión integral desde las instituciones públicas, privadas, educativas y la sociedad”.

Durante las palabras de bienvenida, la presidenta del Gremio de Servicios de la CCL, Sylvia Grant, señaló que es muy importante el trabajo que vienen realizando el sector legal del gremio de servicios para que tanto el sector público como privado analicen y determinen sus necesidades para el progreso del país.

A su turno, el presidente del Sector Legal, Wilfredo Murillo, indicó que es fundamental que todos los que componen el sector legal puedan dar su visión sobre la problemática que se tiene en el sector y como profesión.

Firmas grandes

La industria legal en el Perú está compuesta por las llamadas firmas grandes, medianas y pequeñas o boutique que cada uno desde su perspectiva visibiliza la problemática de la industria y del ejercicio de la profesión legal.

Mauricio Olaya, socio del Estudio Muñiz, afirmó que referirse a una firma grande es casi un “eufemismo” porque explicó que, si se suma la facturación, probablemente todas las autodenominadas firmas grandes lleguen a una facturación de una empresa grande.

“Nuestra labor como firma de abogados que luce muy grande es porque acompañamos cosas grandes, a clientes grandes, además estamos cerca de las iniciativas legislativas”, precisó.

Mencionó que el gran reto que tienen estas firmas es primero entender a este negocio de una manera empresarial y que cada una tenga la capacidad que tienen los empresarios de reunirse gremialmente.

“Debemos promover el ingreso de directores externos como el primer paso a la profesionalización de una empresa que es probablemente el factor que más valor le agrega”, resaltó.

En esa misma línea, Guillermo Ferrero, socio del Estudio Philippi Prietocarriozosa Ferrero DU & Uría, señaló que el manejo de la firma de abogados como empresa es un factor muy relevante, pues mientras más grande eres tus problemas son mucho más grandes y la complejidad de manejarlos se vuelva bastante más sensible.

“Lo que importa es que la firma sea rentable porque las firmas de abogados tienen que ser reflejadas con empresa”, subrayó.

¿Qué pasa con la agremiación? Guillermo Ferrero, sostuvo que en el país todavía se tiene la percepción de no agremiarse porque pensamos que nosotros a nivel de firmas somos lo suficiente buenos como para poder competir en el mercado.

Para Juan Carlos de los Heros, socio director del Estudio Echecopar, hay un desgaste o reducción del valor del abogado en el mercado.

“No hay formula necesariamente mejor que la otra, hay diferentes maneras de administrar los negocios en general en las firmas de abogados y hay abogados de firmas pequeñas que manejan el negocio de manera familiar y pueden utilizar más dinero que los abogados de la firma grande”, puntualizó.

Firmas medianas

Para Darío Jiménez, country manager de Ontier Perú el primer reto de las firmas medianas es lidiar con la virtualidad y presencialidad que se generó por la pandemia.

“Creo que la virtualidad nos ayuda mucho a ser más eficientes en los tiempos, pero requiere mucha creatividad en un trabajo en equipo que, desde mi perspectiva, seguramente equivocada es mucho mejor alcanzar con las reuniones presenciales”, puntualizó.

Asimismo, Alberto Varillas socio del Estudio García Sayán, afirmó que la ventaja que tienen los estudios medianos es la relación de quienes administran los estudios se manejan de una manera más cercana y personal.

“De hecho es más fácil que 10 socios tomen una decisión que 51 en 4 países distintos y eso nos da mucho flexibilidad y rapidez en la toma de decisiones”, remarcó.

De otro lado, Enrique Ferrando, socio principal del Estudio Osterling Abogados, aclaró que los estudios medianos muchas veces se quedan en ese rango por una decisión propia y no porque no haya podido llegar a ser grandes y muchas veces encuentran eficiencias en la forma y estilo de desarrollar su práctica.

“Los problemas que atraviesa el sector legal desde la perspectiva de los estudios, firmas y de los propios abogados son comunes, quizá la diferencia está en cómo enfrentan esos problemas y por eso las capacidades que tienen para poder enfrentarlo y administrarlos”, explicó.

Firmas pequeñas o boutiques

Para Pamela Navarro, directora y fundadora del Estudio Atalla Legal, emprender en una firma pequeña o boutique es importante porque la esencia de lo que necesita el mundo legal se ha perdido en el camino y a través de estas firmas de alguna manera se cubre la necesidad de diversificar.

“A lo largo de los años el derecho laboral se olvidó de que trata con seres humanos, hay políticas, procedimientos y nos hemos olvidado “del ser” y en la industria legal el ser nunca fue prioritario”, refirió.

Explicó que en los diversos tamaños de firmas (grandes, medianas y pequeñas) son finalmente un negocio que necesita del talento humano que es primordial. “La paridad de género es importante en una industria meramente masculina en el mundo laboral”, puntualizó.

A su turno, Daniel Linares, socio fundador del Estudio Linares, señaló que es importante saber la necesidad del cliente y no darle lo que el abogado cree.

“El mundo legal va sufrir una disrupción no solo por parte de los abogados sino de parte de los emprendedores, por ejemplo, en las disputas vemos de Amazon o Alibaba resuelven sus conflictos a través de la inteligencia artificial”, detalló.

Por su parte, Mario Drago Alfaro, socio fundador de Baxel Consultores, afirmó que el problema que tienen como boutique es la retención del talento, todos los chicos crecen y buscan la idealización que ganando más van a tener una mejor vida y no siempre ocurre ello, precisó.

Luis Reyna, director del Estudio Caro & Asociados, indicó que el problema que se generó debido a la pandemia generó un impacto significativo porque afectó la forma de interactuar y se encontró brechas de infraestructura para lograr la interacción.

“Nos tuvimos que adaptar y generar un nuevo espacio de comunicación que era la virtualidad”, puntualizó.

Entidades reguladoras

Otro de los puntos importantes que se abordaron durante el evento fue la mesa de trabajo de las entidades reguladoras. Es así que el director de la Oficina de Asesoría Jurídica de Osiptel, Luis Alberto Arequipeño, señaló hay iniciativas que afectan la autonomía de las entidades reguladoras.

Como las mayores reducciones salariales; inclusión en la ley Servir que restringe su autonomía funcional-administrativa y le resta competitividad en el mercado laboral para atraer y mantener personal altamente calificado y especializado.

Por su parte, Oscar Moreno, Intendente Nacional de Inteligencia Inspectiva de Sunafil, explicó que la función de la entidad que representa es promover el cumplimiento del ordenamiento socio – laboral.

“Nosotros no establecemos las reglas, nuestro marco es la legislación vigente. “En la inspección resaltamos la fiscalización y orientación, además en el contrato de trabajo destacamos la relación entre trabajador y empleador”, precisó.

Por último, Jorge Reátegui, director nacional de la Asociación de Municipalidades del Perú (Ampe) que alberga a 1.974 municipalidades a nivel nacional, sostuvo que el sector legal es importante dentro de cada una de las decisiones que toman.

“En los últimos 10 años hay un aumento entre el 30% y 40% de abogados dentro de una municipalidad, este incremento es directamente proporcional también a las necesidades que se generan dentro de las municipalidades”, puntualizó.

¿Quiénes más participaron?

El evento se desarrolló el 21 y 22 de abril de manera semipresencial y contó con la participación de Legal Ventures; Tu Consulta Laboral; Notariza; Legaly.pe; así como de universidades públicas como la Universidad Mayor de San Marcos, la Universidad Nacional de Trujillo; Universidad Federico Villarreal; y universidades privadas como la Universidad Tecnológica del Perú; ESAN; Universidad San Martín de Porres; y la Pontificia Universidad Católica del Perú.

También asistieron, Legal Hackers Lima, así como entidades del sector público como el Ministerio Público, el Poder Judicial; el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos; así como las gerencias legales de Cosapi; Statkraft; Entel Perú; Engie Services Perú; Innova Schools; Microsoft; Laboratorios AC Farma.

Y las principales marcas peruanas como Renzo Costa; FF Enterprise Consulting SAC; Hiperderecho; Comisión de Integridad y Anticorrupción; Asociación de Periodistas del Perú; Consejo Privado Anticorrupción y Ferreycorp.

Reflexiones sobre la innovación legal en tiempos de cambio

Reflexiones y aprendizajes contracorriente sobre la innovación legal

Seguimos sumando años desde la primera conversación acerca del futuro del sector legal, del pronóstico sobre nuestra posición a diez años vista y qué obstáculos nos encontraríamos durante el camino. El objetivo de este artículo es exponer algunas ideas, a título personal, que tienen como finalidad alcanzar un equilibrio entre aquellas ideas o posiciones populares en estos tiempos de cambio en el mundo legal. Por supuesto, la intención de quien escribe no es pretender ser contracorriente, más bien alguien que contribuya a la reflexión y el análisis.

El sector y la profesión legal, como sinónimo de ser los más tradicionales.

Solo es posible aceptar esta afirmación en su totalidad, si hacemos una comparativa sin más información entre nuestro sector y otros como el de la banca, la tecnología o la logística. Aunque es cierto que tenemos una agenda pendiente como sector, es necesario que las comparaciones con otros sectores sean con una visión más amplia.

Creo que se suele llegar a un error de percepción cuando nos comparamos solo con las empresas líderes de estos sectores, olvidando la realidad de un gran porcentaje de empresas que pertenecen a estas industrias.

De nuevo, es innegable el largo camino que el sector legal ha de recorrer, al igual que son muchas las oportunidades por explotar. Sin embargo, al igual que otras profesiones y sectores, nos encontramos en un proceso constante de evolución, todo ello, en función de lo que los competidores generan y exigen y de las nuevas necesidades de los consumidores.

Decir que somos innovadores y hacemos las cosas diferentes, no es sinónimo de ser líderes y referentes.

Debo decir que, durante estos años, nuevos actores que han salido al mercado han sugerido a viva voz qué deben hacer las firmas, las gerencias legales o los abogados en general. Esto sería positivo si es que, en un momento de audacia, la experiencia y los datos acompañaran las sugerencias o premisas que desarrollan.

Es bueno pedir mesura, porque gestionar un nuevo proyecto con un equipo de 5 o 10 personas y decir que, de no aplicar las reglas innovadoras de gestión, ciertos modelos de trabajo o estructuras disruptivas, una organización o abogado en cuestión es prehistórico, es, definitivamente, no conocer lo que se critica.

Hay escenarios que se deben vivir para saber por qué no se hace todo lo nuevo que se sugiere, pues es muy distinto manejar un emprendimiento en el sector legal a liderar equipos de más de 30, 50 o 100 personas, tener capital humano que acompañan más de 15 o 20 años en una organización, estar presentes en operaciones que marcan la pauta de la economía en un país, ser un referente o líder por conocimiento y experiencia en las materias en las que uno ejerce y además de mantener viva una organización en países con crisis constantes.

Ganarnos el derecho a opinar y más aún el privilegio de enseñar.

Quizá sea un error de percepción, pero creo con el deseo de democratizar la enseñanza del derecho y temas innovadores vinculados a este sector, nos olvidamos de exigir lo que se debe a quien tiene el privilegio de dictar una ponencia.

Recuerdo cuando estudiaba en pregrado, la exigencia a quienes eran ponentes era muy alta. Solo podrían ser invitados a dar una presentación en público quienes habían acreditado varios estudios sobre la materia o desarrollado gran experiencia al respecto.

Y pediría tomar esto como una crítica constructiva. En materias recientes como las nuevas tecnologías, el derecho de la moda, compliance, innovación legal entre otras, he podido apreciar que, por el deseo de posicionarse en estos temas, muchos abogados hacen exposiciones que no van más allá de lo superficial, lo que no aporta mucho valor debido a la falta de experiencia o de profundidad académica. Suele pasar en estos casos que se repite lo que se lee o escucha como tendencia, sin validar y aterrizar a casos prácticos o a la realidad de cada región o país.

Por tanto, en mi opinión, no está mal ser pacientes y humildes. Es mejor ir ganando de a poco el derecho a opinar, y, sobre todo, el derecho a enseñar; esto con el interés de seguir mejorando la formación de los abogados.

La emoción no puede vencer la observación y el análisis.

Parece que en esta última mitad de década hemos vivido varios trending topic del sector y muchos con el deseo de no perder el reflector han salido a hablar y pronosticar del “tema del verano”.

Cuando un nuevo tema llega a nuestro sector, es conveniente investigar, leer, conocer, experimentar, observar y analizar. Este proceso permite ir más allá de la percepción inicial, evitando caer en las afirmaciones o pronósticos erróneos. Por citar unos ejemplos:

La pandemia supondrá la transformación de la industria legal en la región. Tras dos años, el nivel pronosticado para LATAM en diversos foros no ha alcanzado a superar ni la primera fase de transformación.

La innovación legal, el New Law o las ALSP regirán el mercado la próxima década. Han existido avances, iniciativas o proyectos, aunque estos términos juntos ya no lo vemos con tanta frecuenci

Metodologías ágiles, si no se implementan en tu organización, no te estás adaptando a los retos del sector. A mi parecer, este tema como los mencionados anteriormente, están en pleno desarrollo, no obstante, a muchos se les fue la emoción de consolidarl

La inteligencia artificial y Legal Tech. Los abogados serán reemplazados en poco tiempo. Los avances en este ámbito son más que evidentes, pero nada comparado con los pronósticos dados en sus inicios, pues son notorias las correcciones, sobre afirmaciones hechas y dichas en el camino

Por ello, bajo mi punto de vista, ante una nueva tendencia, no debemos emocionarnos y buscar pronosticar, a veces es más conveniente observar, profundizar y aplicar. Esto nos dará conocimiento y experiencia para brindar una visión más aterrizada.

La nueva realidad, la nueva normalidad, la nueva era.

Muchos hemos escuchado diversas aseveraciones sobre “aquello que vino para quedarse”, esto es, cuáles serán, a partir de ahora, las formas predominantes de trabajo en equipo y otras afirmaciones sobre cómo será el sector legal de ahora en adelante.

En mi opinión, recientemente expuse que, para saber qué costumbres, qué formas de trabajo o qué prácticas impulsadas por la pandemia se quedarían, deberíamos esperar a que la sociedad eligiera libremente, esto es, cuando nuestras decisiones, las políticas de empresa o la normativa actual no tengan un factor influyente y condicionante (como la pandemia). En un par de años, podremos ver realmente qué es lo que nuestra sociedad incorporó y se quedará.

El metaverso y las nuevas formas de conectar en la sociedad.

Aquí, tal vez sí opine diferente a la tendencia actual. Y es que, en lo personal, no creo que debamos aceptar que lo digital predomine sobre lo físico en la sociedad, en especial cuando hablamos sobre la construcción de relaciones interpersonales. Aunque yo mismo sea una persona con muchos hábitos y conocimientos digitales que aplico tanto en el trabajo como en mi vida personal, creo que los seres humanos somos sociables por contacto. Esta tácita aceptación de que lo digital es muy bueno no nos deja ver todos los vicios, carencias y debilidades que tiene.

¿Por qué sucumbir a una realidad virtual si el mundo real sigue sorprendiéndonos? ¿Por qué creer que se crea la misma cultura en una organización de abogados a través de Zoom u otros aplicativos digitales?, cuando realmente las grandes conexiones se hacen con las experiencias cercanas que vivimos en equipo.

En lo particular, nunca cambiaría una reunión inicial con un cliente en un café, restaurante o su oficina por una reunión virtual. Y he captado clientes en tiempo de pandemia de forma digital, pero no he logrado alcanzar el mismo nivel de confianza que con aquellos a quienes he visitado y con quienes he conversado físicamente en tantas oportunidades. Desde mi perspectiva, el apretón de manos, la mirada fija en la conversación y la conexión real siempre será más enriquecedora y profunda en persona; y más en una industria donde lo que vendemos y lo que termina siendo un gran diferencial es la confianza.

Aunque la lista de reflexiones y aprendizajes depende de la experiencia de vida de cada uno, sé que podremos coincidir en algunas ideas expuestas y en otras no. No soy dueño de la razón, ni mucho menos puedo decirle a alguien cómo debe ver las cosas. No obstante, he querido darme la licencia de poder compartir algunas opiniones distintas a modo de invitar a la reflexión, al análisis y al cuestionamiento, tan necesario en una profesión como la nuestra.

Finalmente, seguimos analizando un sector que está iniciando su transformación, ¿cuál será el ritmo que llevará? La respuesta es, hoy, incierta, dependerá de muchas variables y, también, de nosotros.