Legaltech: Transformación digital en el sector legal.

Por: MARC GERICÓ |
Managing Partner
GERICÓ ASSOCIATES
Fuente:  www.expansion.com
 

Si ha habido un año record en fusiones y adquisiciones a nivel mundial, ese fue 2006. Ese año, todavía en la antesala de la futura crisis y con el frenesí del crecimiento inorgánico en su apogeo, el M&A movió nada menos que 2,6 billones de euros. Ahora bien, poco se ha dicho sobre el éxito de estas operaciones, que no siempre tienen un final feliz.

Según un estudio de la consultora McKinsey que analizó 115 grandes adquisiciones a nivel mundial, transcurridos 5 años, solo una de cada cuatro operaciones (un 23%) podía considerarse exitosa.

Con esos datos en mente, ahora cerremos el foco y pensemos en el sector legal. Los despachos de abogados pueden crecer de dos formas: orgánicamente -lento, pero seguro- e inorgánicamente. Este crecimiento inorgánico, al que tradicionalmente se le atribuye más riesgo, es aquél que se produce «a golpe de talonario», o lo que es lo mismo, mediante fusiones y adquisiciones de otras firmas, de sus carteras de clientes, de sus áreas y/o de sus equipos.

Las fusiones entre despachos, qué duda cabe, son palancas que permiten un rápido crecimiento, y aunque en la práctica son un atajo, no deja de ser un camino con muchos obstáculos. Pero empecemos por el principio. ¿Cómo han ido logrando algunos despachos convertirse en los grandes «monstruos» de la abogacía de los negocios internacional? Cada maestrillo tiene su librillo, pero la norma general ha sido optar por el crecimiento inorgánico.

En este sentido, a nivel mundial, el golpe más contundente sobre el tablero que se ha dado en la historia de los servicios legales lo dieron la angloamericana Dentons y la china Dacheng, en una fusión que se consumó en 2015. El gigante resultante de la operación, pasó a contar con un equipo de más de 6.500 abogados, superando al hasta entonces líder en número de letrados, Baker & McKenzie (6.045), en algo más del medio millar. Dentons sellaba así una fusión con el, por aquél entonces, firma líder en China, tan solo dos años después de la integración de la angloamericana SNR Denton, la francesa Salans y la canadiense Fraser Milner.

Ahora bien, de acuerdo con el ranking que elabora The American Lawyer, Global 100, Dentons no logró destronar a nivel de facturación, a ninguna de las firmas del top 5 en lo que sería una Liga Oro de la abogacía de los negocios mundial, (formada por firmas con una facturación anual aproximada entre 400 y 2.500 millones de euros), trono que sigue ocupado por Latham & Watkins, seguidos de Baker & McKenzie, DLA Piper, Skadden y Kirkland & Ellis. Eso sí, si hablamos de beneficio neto, es crítico destacar que firmas como Wachtell que cuentan con solo 261 abogados consiguen estar muy por encima que otras como Norton Rose Fulbright, que cuentan con 3.371 letrados. Por otro lado, y como es sabido, la guerra del crecimiento entre las firmas globales no es patrimonio exclusivo de EE.UU. En Reino Unido, cómo no, las firmas también apuestan por el crecimiento inorgánico.

Veamos un par de ejemplos. Uno de los despachos candidatos a escalar posiciones tanto en su volumen de facturación como en su número creciente de letrados es CMS, una vez se haya consumado la macrofusión que está llevando a cabo con las también inglesas Nabarro y Olswang y que permitirá a la nueva CMS pasar a contar con más de 4.500 abogados. En esta misma línea, recientemente se anunció también la fusión de Eversheds con la norteamericana Sutherland, sumando más de 4.000 letrados.

Es decir, las fusiones entre despachos como fórmula de crecimiento no es una tendencia de mercado que empiece a despuntar. Es una realidad. Ahora bien, llegados a este punto, la pregunta que surge es: ¿cómo evolucionarán las firmas de menor tamaño?

En Reino Unido las firmas del Magic Circle (Allen & Overy, Clifford Chance, Freshfields, Linklaters y Slaughter and May) -que se mueven en un rango de entre 721 y 2.000 millones de euros de facturación- están adueñándose paulatinamente de una porción importante del pastel que hasta ahora correspondía a las firmas medianas, ante las presiones por mantener números verdes en el crecimiento de sus respectivos negocios y nutrir de trabajo a tan mastodónticas estructuras. Según un estudio reciente publicado en The Lawyer, el mercado de las firmas medianas en UK cambiará radicalmente en los próximos cinco años y éstas deberán fusionarse, diversificar o morirán. Alguna de las vías de fusión vendrán por integrar a profesionales contables o financieros para sobrevivir al Magic Circle, que invade su trabajo, o bien por dejarse absorber por las grandes. Las que se librarán de estos sucesos van a ser las que cuenten con una altísima especialización y estén dando un incuestionable gran valor añadido a sus clientes.

¿Qué está por venir en este 2017?

Tras conquistar España entre 1965 y 2014 con la llegada de una treintena de firmas, los anglosajones tienen ahora gran parte de sus miradas puestas en Latinoamérica, donde (casi) todo está por hacer. Para muestra, un botón. Solo hasta 2018, según la consultora norteamericana CG/LA Infrastructure, Latinoamérica concentra, únicamente en infraestructuras, más de 100 proyectos por un valor de 139.000 millones de dólares.

Así, por ejemplo, gracias a nuestras fuentes en el mercado latinoamericano, podemos avanzar que, en este 2017, CMS integrará a una nueva firma sudamericana (ya tiene oficinas en México y Brasil). Por otro lado, en países como Perú, se prevé la entrada de firmas como Dentons y DLA Piper, ‘estudios’ -como dirían allá- que están en constantes conversaciones con firmas locales, tanteando su entrada en un mercado al que el FMI otorga un crecimiento de un 18,5% hasta 2018. A dicho mercado, a día de hoy, básicamente han llegado 4 firmas: Baker&McKenzie, Garrigues, PPU (Philipi, Prietocarrizosa, DM & Uría) y Ontier. Sin duda, muchas más firmas desembarcarán en Perú pero es interesante destacar que muchos de los despachos locales no lo ven como una amenaza, sino como una oportunidad. Es más, algunos de ellos están invirtiendo en Marketing Jurídico y Comunicación Legal para hacerse cada vez más atractivos para las firmas internacionales que cada año (sic) llaman a sus puertas.

Sea como fuere, parece claro que en un mundo en el que se vive cada vez más deprisa, en el que cada vez son menos los nichos en los que recalar y la competencia cada vez más intensa, el recurso de apostar por fusionarse o comprar aquellas firmas que han sido capaces de dar con sus vectores de crecimiento, solo puede ir a más. Sé que muchos se lamentarán, pero yo prefiero acordarme del profesor y escritor Steven Covey quien decía: «no soy producto de mis circunstancias, soy producto de mis decisiones».